Una carilla dental es un procedimiento de “enmascaramiento” de la parte visible de un diente, este tratamiento se aplica para corregir defectos estéticos o algunos patológicos como pueden ser, por ejemplo, fracturas, cambios de color, caries, cambios en la estructura dental. Estas son hechas en laboratorios dentales dedicados a esta labor, con la finalidad de recrear el aspecto natural de la dentadura humana, en cuando a su resistencia es casi idéntica a la del esmalte dental.

Esta técnica tuvo sus inicios en la primera mitad del siglo pasado, con procedimientos de fijado experimentales y más rudimentarios que los que se manejan en la actualidad, que en su inicio tenían problemas de consistencia pudiendo romperse con facilidad, con el tiempo se dio con la porcelana, el material más usado para ellas, con el cual se comenzó a moldear y dar forma a lo que vendrían siendo las carillas actuales.

La principal ventaja de este tratamiento es que no requiere un mayor trabajo directo en la dentadura del paciente, no es necesario tallar la superficie dental para proceder con ellas, ya que solo son una suerte de láminas fijadas sobre la dentadura, estas son diseñadas especialmente para el paciente y no requieren que se modifique la posición de las piezas dentales del paciente de manera excesiva, por lo que con ellas puestas se puede hablar, comer y reír con la tranquilidad de que permanecerán en su lugar. Sería erróneo hablar de un tiempo de duración estándar para ellas, esto se debe a que el tiempo que pase hasta que presenten alguna rotura o desgaste excesivo en ellos, duran tanto como se les cuide.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que tomará un tiempo que estén listas, pues como ya se ha explicado antes, estas carillas se diseñan a la medida exacta del paciente y se envían a hacer a un laboratorio dental especialista en el tema, esta es la parte más larga del tratamiento, aunque el tiempo sea largo, valdrá completamente la espera debido a los asombrosos resultados que tiene.

Alguna diferencia notable que tienen las carillas de porcelana con los dientes naturales, es que estas no acumulan sarro y además previenen las caries, aunado al hecho de que es un tratamiento mucho menos invasivo que otros avocados a embellecer la dentadura del paciente hacen de las carillas una verdadera opción a considerar cuando se busca la manera de devolverle ese brillo a una dentadura.

Además de la porcelana, también se hacen carillas, también es posible encontrar algunas fabricadas de cerámica, estas son la “elite” del desarrollo de carillas, puesto que son utilizadas solo en los casos que se necesite de un nivel más alto aún del que presentan sus similares de porcelana.

En resumen, es un tratamiento menos invasivo que todos sus símiles, los resultados son excelentes a pesar del largo tiempo de espera que toma la fabricación de las carillas hechas a medida, dan como resultado un tratamiento que promete satisfacer completamente al paciente que lo elija.