El tratamiento de conducto conocido formalmente como endodoncia, es un tratamiento aplicado a los dientes en el caso de que se haya dañado de manera significativa la pulpa interior del diente, por lo cual esta deberá ser extraída completa o parcialmente, para proceder a limpiar el espacio que este ocupada, se modela de manera apropiada y se rellena. La importancia de que se haga este tratamiento a las piezas dentales que presenten daño severo es el hecho de que al realizarse se salva el diente afectado, cosa que sin el tratamiento sería imposible, hace años cuando no se manejaba la endodoncia, los dentistas se limitaban a extraer el diente dañado para evitar que afectara al resto de la boca con una posible infección.

Normalmente las causas de que la pulpa de los dientes mueran o se vean dañadas, son lesiones dentales, como fracturas, las caries más profundas o golpes severos en el área de la raíz, al momento de generarse el daño en la pulpa y esta se infecta o muere, en caso de no recibir el tratamiento apropiado, se generará pus en el área de la punta de la raíz, que daría forma a un absceso que, terminaría destruyendo el hueso cercano provocando mucho dolor.

Un tratamiento de conducto consta de varias partes las cuales se realizarán en distintas visitas al  dentista, ya que cada sesión al dentista estará orientada a una parte del tratamiento en particular. Al comienzo se hace una perforación en la parte trasera para el caso de dientes anteriores o en la corona para los molares y premolares, luego se proseguirá retirando la pulpa en mal estado , para como ya se ha explicado, proceder a limpiar el área y rellenarla, es posible que esto tome más tiempo por lo cual la abertura del diente podría ser reabierta durante una posible sesión extra para terminar la labor de extracción. Para la próxima visita se sellarían de manera permanente todos los orificios y cámaras de pulpa que hayan quedado pendientes, para seguir insertando un material de goma en cada conducto y sellarlo. Luego de aquello se termina poniendo una nueva corona sobre el diente para devolverle su aspecto natural.

El resultado del tratamiento de conducto dura toda una vida si se cuida de la manera apropiada. Los dientes tratados siguen pudiendo sufrir de nuevas caries, por lo que si en un principio se tuvo ese problema por falta de higiene este es el momento clave en el cual adoptar nuevos hábitos de cuidados bucales con el fin de evitar otro problema de este tipo a futuro.

Al carecer de la pulpa del interior, los dientes tratados con conducto suelen ser más débiles que los normales por lo que son más quebradizos y propensos a fracturas.

El tratamiento Conducto,  puede salvar uno o más dientes de manera efectiva en caso de haber sufrido un daño grave en la dentadura, que a pesar de los cuidados extra que se deberá tener después del tratamiento, que tienen su recompensa en recuperar una sonrisa que pudo haberse perdido de manera accidental.

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